En la provincia de Málaga, en la zona conocida como Mesas de Villaverde nos encontramos con las ruinas de la mítica Bobastro, fortaleza construida a partir de una pequeña aldea medio abandonada que durante casi 50 años, mantuvo en jaque al emirato Omeya hasta su total destrucción por Abd al-Rahman III en el 928.
Conocida por los cronistas cordobeses como el “nido de águilas” y “lugar de perdición” Bobastro fue construida en el 828 por Umar Ibn Hafsún como refugio para albergar a los rebeldes que luchaban contra el poder musulmán establecido. Se calcula que pudieron habitar, a finales del siglo IX, entre 1500 y 2000 personas.

Pero, ¿cuáles serían los detonantes de esta rebelión?. A finales del siglo IX el Emirato de Córdoba se encontraba inmerso en una crisis que los herederos de Abd al-Rahman I no supieron contener.
Los diferentes emires de la época intentaron reforzar su poder acometiendo una serie de reformas tanto políticas como sociales que produjo malestar entre diferentes estamentos de la población. Los mozárabes sufrían una enorme carga fiscal por mantener su religión, los bereberes se sentían discriminados por la minoría árabe, y en el caso de los muladíes estas reformas ponen fin a una serie de privilegios de origen feudal con los que contaban estas familias desde la conquista en el 711 y que afectaban a sus derechos sobre los hombres y la tierra.
La situación política tampoco era muy favorable, ya que el gobierno cordobés tenía que reprimir los intentos de independencia de ciudades como Mérida, Toledo, Zaragoza o Sevilla. Además, esta situación de debilidad fue utilizada por Alfonso III ,rey de Asturias, que aprovechó para extender sus dominios hasta el río Duero.

Será en este ambiente de revueltas y sublevaciones cuando Umar aglutinaría el malestar de numerosos rebeldes locales y junto a un grupo de muladíes, mozárabes e incluso bereberes descontentos con la aristocracia árabe se instalarán en el 880 en Bobastro cuya orografía de grandes barrancos sobre el río Guadalhorce hacía de este lugar un enclave inexpugnable que favoreció que su lucha por intentar derrocar al emirato durará casi 50 años.
Umar Ibn Hafsún era un guerrillero muladí descendiente de una familia noble visigoda. Considerado un gran líder y estratega militar protagonizó la revuelta más importante a la que tuvo que enfrentarse a finales del siglo IX el emirato de Córdoba.
Aprovechando la crisis que se vivía dentro del emirato y las continuas revueltas que se sucedían a lo largo del territorio, Umar desde su fortaleza de Bobastro, llegó a ocupar un extenso territorio que iba desde Estepa y Écija en Sevilla hasta Priego de Córdoba, pasando por plazas cercanas a Jaén e incluyendo, en el cenit de su poder, gran parte de las provincias de Málaga y Granada.
Dos hechos harán que esta situación se revierta. Por un lado, en el año 899 decide convertirse al cristianismo adoptando a partir de ese momento el nombre de Samuel. El porqué de este cambio de religión, según algunas hipótesis, fue debido a un intento de buscar el apoyo de la población cristiana y un acercamiento al rey Alfonso III, rey de Asturias. Este último acercamiento no llegó a materializarse. Lo que sí provoco esta conversión fue el malestar y pérdida de muchos partidarios, sobre todo muladíes y bereberes que se mantuvieron fieles al Islam, y no vieron con buenos ojos este cambio.
Por otro lado, también influyó en su declive, la subida al trono en el 912 de Abd al-Rahman III que ,aprovechando esta situación, concedió el perdón generalizado a los seguidores de Umar descontentos, integrándolos en su propio ejército.
En el año 917 muere Umar pero sus hijos seguirán la lucha, entre ellos Suleyman que consiguió contener los ataques del emirato durante 10 años más, antes de ser capturado y decapitado. Finalmente será el hijo pequeño de Umar, Hafs el que tras 6 meses de asedio entregue el 28 de enero de 928 Bobastro a Abd al-Rahman III. Gracias a ello se le perdonó y fue cubierto de todo tipo de honores.

El emir decidió destruir la fortaleza pero antes hizo desenterrar los cadáveres de Umar y de uno de sus hijos, llevándolos a Córdoba donde fueron crucificados junto al cadáver de Suleyman en una de las puertas de entrada.
Se sabe que también nació en Bobastro, Santa Argéntea y que era hija de Umar y al igual que sus padres se convirtió al cristianismo. Cuando la fortaleza era asediada tanto ella como otros familiares se trasladaron a Córdoba donde debido a su obstinación por profesar la fe cristiana fue hecha prisionera, siendo martirizada y degollada el 13 de mayo de 931. Sus restos fueron trasladados por los cristianos mozárabes a la Basílica de los Tres Santos (actual actual Basílica menor de San Pedro) donde reposan.

El tiempo en que se mantuvo en pie Bobastro, los rebeldes se enfrentaron a cuatro emires cordobeses- Muhammad I, al -Mundir, Abd Allah y Abd al-Rahman III.
El emir Muhammad I será el primero en enfrentarse a los rebeldes, tras una serie de saqueos por parte de Umar a las poblaciones de los alrededores. El ejército del emir consigue vencerlo en el 883. Fue perdonado e integrado en el ejército del soberano, donde participó en batallas como la de Pancorbo (Burgos). En 885, Umar se volvió a rebelar, reuniendo un ejército con el que regresaría a Bobastro desde donde se apoderaría de enclaves tan importantes como Comares en la Axarquía, Archidona y otras plazas como Mijas, Álora y Benamejí.
Al-Mundir por su parte, reconquista Archidona, poniéndose al frente de su ejército y dirigiéndose hacia Bobastro con la intención de atacarla. Nunca llegará porque muere en el año 888 de camino (según algunas fuentes, envenenado por su propio hermano Abd ́Allah).

Un año más tarde de la proclamación como emir de Abd Allah, los rebeldes se hacen con el control de Osuna, Estepa y Écija, llegando a lanzar incursiones cerca de la ciudad de Córdoba. Estas ofensivas le reportará nuevas alianzas como la de Sevilla, o las tribus bereberes de la serranía de Ronda.
La situación cambiará cuando el 16 de mayo del año 891 Umar es derrotado en Poley (Aguilar de la Frontera) por el ejército cordobés, a partir de este momento comenzará su declive que culminará con la llegada al trono de Abd al-Rahman III en el 912.
Abd al-Rahman III inició un cerco a Bobastro que duró varios años pero debido a nuevas sequías y pestes que asolaban la zona ambos adversarios se vieron obligados a firmar una tregua en el 916, pacto que rompería el emir al año siguiente al morir Umar tras una larga enfermedad.
Los castillos de la familia Hafsún caerían uno a uno, comenzando por el castillo de Belda (Gaucín) y cayendo en el 920 el castillo de Álora, lugar estratégico para la comunicación con Bobastro. En el 927 decide acabar definitivamente con Bobastro, en un asedio total que acabaría con la rendición completa por parte del hijo menor del caudillo.
Abd al-Rahman III como escarmiento destruyó la fortaleza, ejecutó a los cabecillas de la rebelión y obligó a la población a bajar al llano y vivir en las alquerías. Un año más tarde de esta conquista el emir se proclamó califa
Tras su conquista el 19 de enero de 928 por Abd al-Rahman III, Bobastro fue totalmente destruida quedando apenas vestigios en la zona lo que provocó que durante mucho tiempo no se supiese exactamente la ubicación concreta de la fortaleza.
En 1869 el historiador Francisco Javier Simonet comenzó la búsqueda de Bobastro en el paraje de las Mesas de Villaverde y será en 1927 cuando se descubrirá por parte de Cayetano de Mergelina las ruinas de una posible basílica episcopal tallada en piedra arenisca de la que se conserva en la actualidad la iglesia rupestre mozárabe.
La existencia de está iglesia mozárabe ( única iglesia de este tipo en Andalucía) se debe a la conversión al cristianismo por parte de Umar Ibn Hafsún Durante el dominio islámico, los mozárabes tenían prohibido la edificación de nuevos templos, la forma que tenían para burlar dicha prohibición era la creación de iglesias talladas en la piedra.
La Iglesia rupestre de Bobastro según los últimos estudios se encontraba inacabada cuando la fortaleza fue destruida, de forma rectangular de 16,50m de largo por 10,30m de ancho, se encuentra orientada al este y está excavada en roca arenosa, de planta basilical, consta de 3 naves separadas por arcos de herradura, transepto y cabecera de 3 ábsides, siendo el arco central de herradura y los laterales rectangulares. Bajo el suelo de la nave central, se encontraba la entrada de una cripta posiblemente donde fuera enterrado Umar y uno de sus hijos.
Durante las excavaciones de 1986 se encontraron los restos de lo que fue clasificado por sus descubridores como “Monasterio mozárabe Suburbano”, según la información que nos proporciona las excavaciones al parecer fue edificado con anterioridad a la iglesia, como un gran recinto rectangular en torno a un gran patio. Aquí se encontraría ubicado un aljibe para almacenar agua y un silo para grano.
Se sabe que Umar fortificó Bobastro construyendo un alcázar, numerosas murallas defensivas, y que la población vivían en cuevas o en casas excavadas en la roca.
En la actualidad se sigue trabajando en el yacimiento arqueológico del que apenas sabemos una pequeña parte de su historia.
Desde su enclave en el maravilloso paraje del Desfiladero de los Gaitanes, podemos visitar los restos de esta ciudad inexpugnable que fue destruida sin haber sido nunca tomada hace más de 1000 años y que fue el bastión de una rebelión que estuvo a punto de cambiar el curso de la historia medieval en España.
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