Los problemas internos de Marruecos, con situaciones golpistas y de España, con el fin agónico de Franco y su régimen, se producían mientras en el concierto internacional se requería la descolonización del Sáhara Occidental. La astuta utilización de su pueblo y de la diplomacia, y el equilibrio de poderes de la guerra fría, dieron a Hassan II los frutos que buscaba: la ocupación del Sáhara y sus recursos, y la no realización del referendum acordado por la ONU. A todo ello, los máximos perjudicados fueron los saharauis, abandonados por España y ocupados por Mauritania y Marruecos.
Faltaban pocos días para la muerte de Franco cuando, el 14 de noviembre de 1975, se firmó el acuerdo Tripartito, en Madrid, entre España, Marruecos y Mauritania. Se acordó la administración de la colonia española del Sáhara Occidental entre Marruecos, Mauritania y la Yemaá (un consejo de ancianos tribal, a manera de cámara de representación desde los años 60), una vez España abandonara el territorio. Sin embargo, los acontecimientos se producían rápidamente y la diplomacia siempre iba detrás de los mismos. Todo se tenía que poner en marcha al ser publicada la ley 40/1975, en la que se acordaba la descolonización, y publicada en el BOE de 20 de noviembre de 1975, día en que Franco murió. El abandono final de la colonia se proyectó para el 28 de febrero de 1976.
En 1970, la ONU, aprobó que se celebrara un referéndum en el Sáhara Occidental con el objetivo de proceder a su descolonización, y aunque hubo al principio reticencias, España, acordó que se celebrara en 1975. No en balde, había que sumar a la presión internacional que en 1973, el Frente Polisario había empezado su lucha armada. El rey de Marruecos, Hassan II, vio en esta situación una válvula de escape a su própia inestabilidad interna, y con el objetivo de desviar la atención al exterior, en octubre de 1975 convocó la Marcha Verde, sobre unos territorios que España ya estaba dispuesta a abandonar, no precipitadamente, como al fin ocurrió, pero sí en un futuro inmediato. Además la realización de un referéndum no interesaba al rey Hassan por su más que probable resultado no satisfactorio a los intereses marroquís, y de esta manera podía conseguir apropiarse del Sáhara y llevar a cabo el intento de crear el Gran Marruecos, que también incluía territorios de Mauritania, Mali y Argelia. A ello hay que añadir los importantes recursos mineros del territorio, fosfato, gas, hierro, petróleo, y que el panorama internacional, en el que el Frente Polisario estaba apoyado por la URSS y Argelia, Hassan II se sentía respaldado por Estados Unidos y Francia, como contrapeso.
Vemos que la posición de España era difícil de gestionar y con mucho que perder en el intrincado mundo diplomático, en un momento de inestabilidad interna.
Así las cosas, el 5 de noviembre de 1975, con Franco hospitalizado, Hassan da la orden de poner en marcha los 350.000 civiles concentrados y 25.000 soldados, y que se traspase la frontera con el territorio del Sáhara. El ejército español, había puesto alambradas y minado la frontera, situando las tropas detrás y esperando que nada más ocurriera. Durante este período, el príncipe Juan Carlos realizó una rápida visita a El Aaiun, capital de la colonia, a los fines de dar apoyo a civiles y militares españoles, visita que se producía más por deseo de éste que del gobierno. Cumpliendo las órdenes del rey, el día 6 de noviembre, la Marcha Verde irrumpe en el Sáhara, acampando en pleno desierto frente alambradas y minas.
Estos acontecimientos se iban desarrollando mientras se producían circunstancias paradójicas y sorprendentes. Carlos Arias Navarro, Presidente del Gobierno, despachaba con Franco cuando su salud lo permitía, y éste al saber de la situación en el Sáhara, ordenó declarar la guerra a Marruecos. Ante el estupor de Arias, y después de consultarlo con diversas autoridades, acordó no hacer caso a dicha orden. Don Juan de Borbón, durante la crisis, en la que el Príncipe Juan Carlos ocupaba interinamente la Jefatura del Estado, reprochó al rey de Marruecos haber provocado la crisis precisamente en un momento tan delicado en España, a lo que contestó con un “ ¿Y en qué mejor momento podía hacelo?”. La sinceridad de ambos demuestra la buenas relaciones entre ellos. También consta que el general Gómez de Salazar, a la sazón Gobernador General del Sáhara Occidental, cuando ya estaba acordada la retirada española, fue obsequiado por el rey Hassan con cajas de whisky y alfombras que repartió entre sus oficiales. Y parece que empresarios españoles, meses antes, ignorantes de su destino final, fueron quienes vendieron latas de alimentos y mantas a Hassan II y que fueron utilizadas durante la Marcha Verde.
La ocupación de una franja de territorio del Sáhara duró hasta el día 13 de noviembre, en que se produjo finalmente el repliegue de los últimos integrantes de una masa humana que no estaba previsto abastecer durante un largo espacio de tiempo. La mediación de los Estados Unidos estuvo detrás de esta evacuación pactada, a cambio de la retirada de España del Sáhara y no llegar a un conflicto más grave, en un momento en el que se iba a producir la sucesión de Franco por el rey Juan Carlos, con lo que el conflicto del Sáhara urgía resolver ante los más que probables problemas internos. Mientras tanto, el Frente Polisario y las tropas marroquís habián establecido diversas escaramuzas en la frontera, que en aquel momento no fueron especialmente violentas, pero sí preludio de un violento futuro inmediato.
A partir de este momento, mientras civiles y militares españoles iban abandonando el Sáhara, tropas mauritanas y marroquís ocupaban el territorio, hasta que finalmente, el 26 de febrero de 1976 se produjo la salida de las últimas tropas, y al día siguiente se proclamó la República Arabe Saharaui Democrática, iniciándose el conflicto armado.
Los enfrentamientos entre saharauis y ocupantes comenzaron, a la espera eterna de la realización de un referéndum de autodeterminación, pero esto es ya otra historia que aún no ha finalizado.
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