Sebastián Romero Radigales

Cuando Sebastián Romero llegó a Atenas, se estaba llevando a cabo la deportación masiva de judíos a los campos de concentración. El cónsul puso todo su empeño en salvar a tantos judíos como pudo, causando las protestas de los funcionarios alemanes. Sus esfuerzos se vieron coronados con la llegada de un tren lleno de judíos directamente a España. Lee su historia

 

Sebastián Romero, llegó a Atenas como Cónsul General de España, en abril de 1943. En aquel momento se estaba llevando a cabo la deportación masiva de judíos a los campos de concentración, en la llamada Solución Final. De hecho, entre marzo y junio de 1943, 48.000 judíos de Salónica fueron deportados al campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau.

Sebastián Romero Radigales

Entre las ciudades de Atenas y Salónica, había unos 800 judíos sefardíes y el cónsul puso todo su empeño en protegerles. Para ello invocó, como Sanz-Briz y otros, un decreto de 1924 que ofrecía a los judíos sefaradíes la posibilidad de acceder a la nacionalidad española, aunque sin precisar los requisitos. En un documento fechado el 30 de Abril de 1943, que consta en el registro del Ministerio de Asuntos Exteriores alemán, el embajador en Atenas Günther Altenburg deplora las insistentes demandas de Romero Radigales, a causa de las cuales se vió forzado a posponer la deportación de varios centenares de judíos de origen sefaradí.

Atenas en la Segunda Guerra Mundial

En consecuencia, el embajador alemán pedía la intervención de su Ministerio, con objeto de pedir a Madrid que cursase instrucciones a Romero Radigales para que dejase de interferir en las deportaciones.

Ante la falta de respuesta del régimen de Franco sobre la repatriación de los judíos sefardíes, Alemania propuso como solución provisional su internamiento en Bergen-Belsen. Romero se opuso rotundamente, pidiendo el internamiento en territorio griego y la exclusión de niños y ancianos, además de que el transporte se realizara en las mejores condiciones posibles.

Sebastián Romero (primero por la derecha) en un homenaje en Atenas en 1954, para agradecerle los servicios prestados a Grecia y a los judíos.

El 13 de agosto de 1943 llegaron a Bergen, después de doce días de viaje, 367 judíos sefardíes, entre ellos 40 menores de 14 años y 17 mayores de 70 años. Sin embargo, el cónsul siguió presionando y enviando informes jurídicos insistiendo en que se trataba de un error. Su insistencia dio finalmente frutos y tras seis meses de cautiverio los liberaron y los llevaron en un tren a España. Uno de los supervivientes contaba que un oficial de las SS fue uno a uno dándoles la mano y pidiéndoles disculpas en nombre del Tercer Reich.

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