Nos encontramos en Ullastret, en la ciudad ibérica capital de los indiketes. El oppidum es el mayor de los que se encuentran en Catalunya y la proximidad con Ampurias y el contacto con el mundo griego lo convirtió en un lugar privilegiado tanto cultural como económicamente.
Nos recibe amablemente el director del MAC Ullastret, Gabriel de Prado, autor de gran número de artículos en los que se describen los hallazgos de las campañas de excavaciones, y al que le realizamos unas preguntas.
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El lugar más visible y excavado del complejo ibérico de Ullastret es el Puig de Sant Andreu, pero hay más, ¿de cuántos espacios se compone este conjunto?
El conjunto ibérico de Ullastret está formado por dos grandes núcleos de hábitat, El Puig de Sant Andreu (visitable) y la Illa d’en Reixac (no visitable), que conjuntamente constituyeron lo que hoy en día llamamos ciudad ibérica de Ullastret. También conocemos la existencia de una necrópolis, el Puig de Serra (Serra de Daró), que se encuentra a poca distancia al norte de los asentamientos. Además, la investigación desarrollada en los últimos 25 años ha permitido documentar, mediante prospecciones, un gran número de asentamientos de diferente tipología (establecimientos rurales, talayas, canteras, etc.), ubicados en el territorio inmediato, que habrían funcionado conjuntamente con los grandes núcleos de población.

¿Cómo era el paisaje del I milenio a. C. de esta zona?
El paisaje de esta zona ha sufrido notables modificaciones en relación al que existía hace más de 2000 años. A nivel geomorfológico, destacaría la existencia de una extensa trama de humedales en la línea de costa y, en la inmediación del conjunto ibérico de Ullastret, una laguna que fue desecada durante el siglo XIX. Además, el clima sería más húmedo que en la actualidad y eso propiciaba otro tipo de vegetación.
A grandes rasgos, podemos decir que existirían bosques de encinas, alcornoques y robles, con la presencia de especies hoy desaparecidas en la zona como sería el abeto o el castaño. En las inmediaciones de la laguna y en su entorno se desarrollaría una vegetación propia de ribera con sauces, olmos, chopos, fresnos, saúco, enea…
¿Desde qué época tenemos constancia de presencia humana?
En las excavaciones del Puig de Sant Andreu se han hallado algunas herramientas de sílex, que se habían fechado en el paleolítico superior, aunque pueden ser de cronologías más recientes. También se han encontrado algunos materiales del período neolítico y calcolítico, pero son testimoniales y responden muy probablemente a frecuentaciones ocasionales del lugar puesto que los primeros asentamientos estables en esta zona, ubicados en las colinas del Puig de Sant Andreu, Illa d’en Reixac y Puig de Serra, se datan en la segunda mitad del siglo VII a. C.
Muy cercana, a unos 20 km, se halla la ciudad de Ampurias, enclave griego que desde el siglo VI a. C. inició un contacto comercial y cultural, influyendo en la evolución del territorio. ¿Hasta qué punto fue importante para la ciudad ibérica de Ullastret la presencia de Ampurias y como se refleja el influjo griego?
La existencia del asentamiento griego de Ampurias es uno de los factores, quizá el más importante, para explicar la evolución y el dinamismo de las comunidades indígenas locales hacia una cultura que ya se puede definir como civilización. El influjo griego se manifiesta en muchos aspectos, pero quizá los más importantes a nivel material serán la arquitectura, el urbanismo y la cerámica.
Estamos hablando de la ciudad íbera de Ullastret, capital de los indiketes, pero, ¿desconocemos el nombre que le dieron sus habitantes?, ¿podemos calcular el número de habitantes y saber así qué nivel de importancia tenía?
Efectivamente, a día de hoy no conocemos con certeza el nombre con el que los íberos denominaban esta ciudad, pero la mayoría de investigadores consideran que puesto que era la capital de los indiketes su nombre habría sido Indika/Undika. En relación a su población, se han realizado diversas estimaciones a partir de fórmulas de cálculo demográfico aplicadas a la antigüedad y se ha podido establecer un número igual, o incluso superior, a 6.000 habitantes a partir del siglo IV a. C. Estos niveles de población la convierten, sin duda, en uno de los núcleos más poblados del nordeste de la Península Ibérica durante la edad del hierro.

Al llegar a la ciudad lo primero que nos llama la atención es que hemos de seguir el camino recorriendo el tramo oeste de la muralla, hasta llegar a la puerta principal de acceso, ¿era necesaria esta muralla tan potente, reforzada con un foso recientemente excavado, teniendo en cuenta los potenciales enemigos que pudieran tener?
Actualmente existe un cierto consenso en el hecho que la muralla y, en general, el conjunto de estructuras que conforman la fortificación, tanto del Puig de Sant Andreu como de la Illa d’en Reixac, sobrepasan las necesidades defensivas reales en el momento que se construyeron. A partir de esta consideración, se puede proponer que además de la función estrictamente defensiva también existiría una voluntad de ostentación, del poder de la comunidad o de las élites que ejecutaron su construcción, y un componente simbólico de definición del perímetro urbano de la ciudad.
Urbanísticamente, ¿en qué es palpable la influencia griega?, ¿y en otros aspectos?
Actualmente existe un cierto consenso en el hecho que la muralla y, en general, el conjunto de estructuras que conforman la fortificación, tanto del Puig de Sant Andreu como de la Illa d’en Reixac, sobrepasan las necesidades defensivas reales en el momento que se construyeron. A partir de esta consideración, se puede proponer que además de la función estrictamente defensiva también existiría una voluntad de ostentación, del poder de la comunidad y/o las élites que ejecutaron su construcción, y un componente simbólico de definición del perímetro urbano de la ciudad.
Vemos que en el yacimiento se han encontrado divinidades como Bes y Deméter, exvotos, templos… ¿qué sabemos del mundo espiritual ibérico en Ullastret?
El mundo espiritual y religioso íbero es muy complejo y poco conocido puesto que no existen documentos escritos que permitan conocer con un cierto detalle estos aspectos de su cultura y, a menudo, solamente disponemos del registro arqueológico para su estudio. En este sentido, sabemos que existe una doble esfera a nivel cultual puesto que, por un lado, existen templos destinados a un culto comunitario y, por otro, en las viviendas existen espacios dedicados a un culto de carácter doméstico y familiar, que muy probablemente estaban dedicados al culto de los antepasados y a la protección del hogar.
Hasta la fecha sólo ha sido hallada una necrópolis, con unas 80 tumbas, ¿no es poco para una ciudad de este nivel?, ¿sospechan que puede haber más necrópolis?
Ciertamente, el número de tumbas halladas es ínfimo en relación al número de habitantes que antes comentábamos. Además, hay que tener en cuenta la baja esperanza de vida, en relación a la actualidad, y las altas tasas de mortalidad que podían propiciar las enfermedades infecciosas o las carencias de alimento, así como los períodos de conflicto. Esta realidad nos lleva a pensar que en las necrópolis ibéricas solamente se enterraban las élites, que era el único grupo social que merecería este tratamiento, siendo esta cuestión un elemento más para la afirmación de su poder.
Aun considerando que solamente se enterraban las élites, creemos que en el entorno de la ciudad debe haber más necrópolis de características similares a la del Puig de Serra, que por su tipología son difíciles de identificar pese a los trabajos de prospección a los que antes aludía.

La Illa d´en Reixac, hace unos pocos años fue “excavada” mediante nuevas tecnologías que mostraron su trama urbanística, ¿qué sistemas utilizaron?
En 2012 organizamos un workshop internacional donde participaron algunos de los mejores equipos a nivel mundial que realizan prospecciones geofísicas aplicadas al mundo de la arqueología. Los principales métodos o sistemas de este tipo de prospecciones en arqueología que fueron utilizados en este yacimiento son los siguientes: magnética, georadar (GPR), resistividad eléctrica (ERT) y electromagnética (EM).
Cuando recientemente se excavó el foso, se halló un curioso plomo con inscripciones en ibérico, ¿qué nos puede decir de este singular objeto?
Se trata de un objeto de plomo muy singular y de pequeñas dimensiones, con 3,75 cm de longitud máxima por 2,75 cm de altura máxima y 1,50 cm de grosor máximo, con un peso de 65 g. Dispone de 17 signos de la escritura ibérica nororiental, que se presentan en dos líneas enfrentadas, y tanto la transcripción como su disposición en el objeto ha llevado a los investigadores especialistas en la materia a proponer que se trata de un texto votivo, mágico o sagrado.
Siguiendo con la lengua y la escritura ibérica, uno de los exponentes mejor conservados en relación a esta cuestión es un plomo inscrito hallado en 1967, con evidencias de que se trata de una carta comercial, ¿quiere ello decir que el comercio entre indígenas era ya realizado con regularidad habitual?, en qué punto se encuentra el conocimiento sobre la lengua y la escritura ibérica?
El comercio fue una práctica existente a lo largo de todo el período en el cual se desarrolló la cultura ibérica. El sistema comercial seria complejo y variable, en función de las zonas, y hay que distinguir al menos entre un flujo comercial interno y un flujo externo, dominado por los pueblos comerciantes del Mediterráneo, sobre todo fenicios y griegos.
Respecto a la lengua y la escritura, estamos todavía muy lejos de un conocimiento óptimo, puesto que las inscripciones ibéricas solamente se pueden transcribir, porque conocemos los valores fonéticos de los signos, pero no se pueden traducir puesto que no disponemos de ninguna inscripción bilingüe extensa y tampoco existe una lengua conocida emparentada directamente que nos pueda ayudar a su conocimiento. No obstante, la investigación sobre este tema ha avanzado de manera notable durante estos últimos años y los progresos han sido importantes.
¿Qué productos se comerciaban entre griegos e íberos?
A través de los enclaves comerciales griegos, en nuestro caso Emporion, se organizaba la importación de productos que podríamos considerar de lujo (vino de la Magna Grecia, cerámica ática, perfumes…) y la exportación de materias primas y especialmente de productos agropecuarios, sobretodo el cereal, que constituye uno de los principales activos de la economía de los pueblos íberos, en general, y de los indiketas en particular.
A la vista de este comercio, ¿podemos decir que Ullastret era una ciudad con situación preponderante y enriquecida por este comercio?
Sin duda la ciudad ibérica de Ullastret se benefició de su estratégica ubicación y de su actividad comercial, a través de Emporion, que debió ser intensa y muy fructífera a tenor de los datos que arroja la arqueología. El volumen de objetos procedentes del comercio de importación y, especialmente, los denominados bienes de prestigio que atesoraban las élites, son muy abundantes en el registro arqueológico.

La ciudad fue abandonada, ¿cuándo se produjo este abandono y por qué motivos? ¿Sabemos dónde se instalaron sus habitantes?
El abandono masivo de la ciudad ibérica de Ullastret lo situamos en algún momento de finales del siglo III o inicios del siglo II a. C. Sin duda, este se debe al proceso de conquista de la Península Ibérica por parte de Roma, que se desarrolla de manera forzada después de la victoria sobre los cartagineses en el contexto de la segunda guerra púnica. El hecho de que este asentamiento constituya la capital del territorio indiketa explica que fuese uno de los principales objetivos militares, aunque no se ha documentado una destrucción masiva o un abandono cruento. No obstante, sin duda este fue forzado y una parte de sus habitantes pasaron a ocupar zonas agrícolas de la llanura, sin opción aparente para alzarse contra el invasor y volverse a fortificar, mientras que otro segmento de la población, el más humilde, podría haber pasado a formar parte de la clase servil si no lo era ya anteriormente.
Es curioso que el yacimiento de Ullastret haya sido desconocido hasta prácticamente los años 30 del siglo XX, cuando además de un castillo de época carolingia también hubo una iglesia y una masía posteriormente y sus restos sirvieron de cantera para las localidades vecinas, ¿cómo se puede entender esto?
Por ahora no hay explicación posible, puesto que sabemos a través de un croquis topográfico del arquitecto Rafael Masó que en el momento que se descubrió el yacimiento, a nivel científico en 1931, había diversos tramos de la muralla y algunas torres parcialmente visibles.
Es incomprensible que en la obra Historia del Ampurdán. Estudio de la civilización en las comarcas del norte de Cataluña, publicada por José Pella y Forgas en 1883, no haya ninguna referencia al lugar cuando, por otra parte, si se citan otros yacimientos arqueológicos de las inmediaciones de menor entidad y, aparentemente, más difíciles de identificar y definir.
Para ir acabando, ¿puede decirnos que nuevos proyectos tienen en un futuro inmediato?
A corto y medio plazo vamos a continuar con las excavaciones en el foso defensivo descubierto en la ladera occidental del Puig de Sant Andreu en 2012. Este es un proyecto de envergadura que estamos desarrollando en diferentes fases y, si no hay ningún contratiempo, en 2022 iniciaremos la fase II de la excavación. Además, también estamos trabajando en diferentes proyectos vinculados a la celebración del 75 aniversario del inicio de las excavaciones en el conjunto arqueológico de Ullastret, que dieron comienzo en noviembre de 1947, y que todavía están en una fase embrionaria.
Y, finalmente, por si alguien no lo tiene aún claro, díganos por qué es imprescindible la visita al conjunto arqueológico de Ullastret para alguien que quiera conocer la cultura ibérica.
La magnitud del complejo arqueológico de Ullastret, junto a la investigación científica desarrollada de manera ininterrumpida durante casi 75 años por diferentes equipos de trabajo, ha convertido a este conjunto en uno de los más importantes para el conocimiento de la cultura ibérica. Los restos visibles y visitables, junto a los dispositivos museográficos y al propio museo monográfico de sitio ubicado en la parte alta del Puig de Sant Andreu, permiten obtener al visitante una visión de conjunto de esta civilización íbera y, muy especialmente, del pueblo de los indiketas.