Aunque los datos disponibles aun no despejan todas las dudas, parece hoy parte del consenso afirmar que el origen de la población canaria estaría en los grupos proto-bereberes del norte de África, que en sucesivas oleadas fueron llegando en torno al I milenio a.C. Sin embargo, la ocupación no sería en todas las islas al mismo tiempo, sino lo largo de varios siglos y la intensidad y las manifestaciones tampoco serían las mismas. Repasamos las evidencias que nos han dejado

  

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Desconocemos quiénes fueron los primeros pobladores de las islas Canarias, aunque las investigaciones más recientes, como las del Prehistoriador José Farrujia de la Rosa están demostrando que fueron proto-beréberes del norte de África los habitantes originarios. Su llegada sin atisbos de ser masiva se daría en sucesivas oleadas, que no afectarían a todas las islas al mismo tiempo. Existen numerosas evidencias materiales, culturales y también genéticas en la población canaria de estos primeros habitantes. Las representaciones de arte rupestre de embarcaciones, por ejemplo, coinciden con las representaciones de arte rupestre del Sahara, como demuestra en sus investigaciones el profesor Víctor Guerrero Ayuso. 

El rastro genético de estos pueblos beréberes, ha sido estudiado por la genetista de la Universidad de La Laguna, Rosa Fregel, cuyos trabajos demuestran que los más antiguos canarios se sitúan en el entorno biológico de las tribus amazigh (beréberes). El arqueobotánico de la Universidad de Las Palmas, Jacob Morales, también reconoce el origen norteafricano de los cultivos más antiguos de cereales, así como las técnicas de conservación llevadas a cabo por los indígenas.

Estos primeros pobladores comenzarían a llegar en torno al I milenio antes de nuestra era, intensificándose la emigración durante los siglos III y II a.C.  

Las islas no estuvieron ausentes del contacto de fenicios, cartaginenses, romanos, y distintos pueblos africanos, hasta la llegada de genoveses, mallorquines y catalanes durante el S. XIII, con la intención de esculcar las posibilidades comerciales. Lo más probable que hasta la conquista de los españoles ya en el siglo XV, la falta de interés comercial de las islas determinara su continuidad en el ámbito de su propio horizonte cultural, en que las Canarias  ocupaban el único espacio habitado de las macaronensias, condicionadas por su carácter de finis terrae, el influjo cultural y comercial de los europeos no llegara hasta que el reparto de las expediciones atlánticas entre las coronas de España y Portugal, asignara a los primeros los derechos de conquista.

En cuanto a la estructura social desarrollada por los primeros canarios, cabe destacar la organización en torno a modelos de cacicatos, donde una serie de jefes de familias aristocráticas dominaban un territorio, demarcación dentro de cada isla. Cada demarcación a su vez estaba poblada por núcleos poblacionales dispersos en torno a un núcleo principal mayor. Aunque la organización patriarcal de las sociedades aborígenes de las islas no habría permitido un papel relevante de las mujeres más allá de los roles domésticos y colaborativos, en una economía basada principalmente en el pastoreo de cabras, cría de cerdos y cultivo de trigo y centeno en las zonas propicias para ello, en los últimos años se han abierto investigaciones que relativizan este papel secundario, equiparándolo en multitud de actividades cotidianas al de los hombres. Jared Carballo Pérez y Octavio Pérez, historiadores de las Universidades de La Laguna y Alicante, publicaron un artículo en la revista ArkeoGazte ,en el que a través del estudio del desgaste de los huesos y las paleo enfermedades propias del desarrollo de actividades repetitivas, equiparan muchos roles femeninos a los masculinos. En el ámbito de las familias que ejercían las jefaturas, eran los hombres los que tomaban las decisiones, desconociendo con claridad el papel de las mujeres en este entorno dirigente, no obstante, es de suponer que ejercerían cierto liderazgo organizativo en cuanto a las relaciones inter-jefaturas de las distintas demarcaciones, en cuestiones religiosas y de intercambios matrimoniales. 

Poco a poco las investigaciones nos acercan a un mayor conocimiento sobre los primeros canarios, tal vez navegantes de fortuna que arribaron a la costa de las islas más próximas a la zona continental de África, posiblemente exiliados que buscaron mejor vida en aquellas tierras que divisaban en el horizonte desde el actual Sahara, quizás fueran exploradores beréberes enviados para que volvieran con noticias describiendo aquellas islas, y que decidieron no volver. En cualquier caso, la arqueología, la antropología y la historia aún no han podido dilucidar las circunstancias en las que se poblaron por primera vez, pero nos están desvelando misterios sobre las sociedades desarrolladas a partir de la llegada de aquellos primeros canarios.