El ídolo de Tara. La venus canaria

Esta figurilla de menos de 30cm originaria de la isla de Gran Canaria es todo un misterio para la historiografía. Se tiene constancia de su existencia desde finales del siglo XIX, pero todo lo que gira en torno a ella es una incógnita. Tal es el enigma que hasta el nombre por el que es conocida se ha visto en entredicho con las nuevas investigaciones. Para poder saber un poco más del intrigante ídolo de Tara presentamos el siguiente artículo, que sin duda les dejara con más preguntas que respuestas.

  

Tiempo de lectura: 5 minutos

Las venus son ídolos femeninos normalmente asociados a la fertilidad. Existen ejemplos de este tipo de exvotos desde el Paleolítico Superior, como la venus de Hohle Fels con una antigüedad de 35.000 o la de Willendorf con unos 25.000 años. Podría decirse que la representación de estas diosas de la fertilidad y del amor llega a su máxima expresividad en época helenística con la venus de Milo. Pero no hace falta alejarse tanto en el tiempo y en el espacio para poder disfrutar de un maravilloso ejemplo de estos iconos, ya que en nuestras islas afortunadas contamos con un gran ejemplo de venus protohistórica: el ídolo de Tara.

Ídolo de Tara. Museo canario. Fuente: autor

Esta estatuilla mide aproximadamente 26cm de alto por 24 de ancho y está hecha en terracota. En cuanto a la decoración, fue teñida con almagre, bruñida para darle lustre y consta de algunos elementos decorativos hechos mediante incisiones, como los rasgos faciales o el ombligo. El almagre u ocre rojo, es una técnica de decoración cromática conocida desde la prehistoria y muy utilizada a lo largo de toda la historia para dar ese característico color rojizo del óxido de hierro a las obras. 

Parte posterior del ídolo de Tara. Museo Canario. Fuente: autor

Se trata de una figura en posición sedente con los brazos en jarra y las piernas cruzadas. Aunque carezca de la parte final de los brazos puede verse la incisión donde se insertaban antes de perderlos. Los muslos y los bíceps son desproporcionadamente grandes para el tamaño de la estatua. Tiene un cuello muy largo que culmina con una cabeza muy pequeña en comparación con el resto de la escultura. Los rasgos de la cara son muy esquemáticos y se cree que en la parte superior de la cabeza podría haber tenido algún tipo de decoración ornamental con pelo o algún otro material. 

En general se acepta que esta obra se trata de una escultura femenina relacionada con la fertilidad, lo que conocemos como una venus. Pero hay una característica común a todas las venus conocidas de la que el ídolo de Tara carece: los senos, normalmente muy voluminosos en otros iconos de la fertilidad. Este hecho ha llevado a la hipótesis de que, en lugar de una diosa relacionada con la fecundidad, pueda tratarse de un ídolo religioso representativo de alguna otra divinidad aborigen y cuyo genero no sea importante. Esta línea de investigación es muy interesante, pero hasta que no se descubra más sobre el pueblo precolonial de Gran Canaria no podrá demostrarse.

La fachada de un edificio

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Fachada del Museo Canario. Las Palmas de Gran Canaria. Foto: autor

Está claro que su significado es todavía un misterio, pero no lo es menos su procedencia. Actualmente podemos disfrutar de esta maravilla en el Museo Canario de Las Palmas de Gran Canaria. Aquí llegó desde la colección privada del Dr. Gregorio Chil y Naranjo en 1887 y tras el fallecimiento de este en 1901 ingresó definitivamente en este museo junto con otros tesoros de la colección privada del doctor. En 1878 formó parte de la Exposición Universal de Paris, y se cree que en 1875 pudo haber sido expuesta en el Congreso Internacional de Americanistas de Nancy en Francia. 

No se sabe con exactitud cómo llegó el ídolo de Tara a manos del Dr. Chil. Era médico de profesión y estudió en la Sorbona de París donde intercaló su formación galénica con su pasión por la antropología, muy de moda en aquella época. Tras doctorarse en 1859 regresó a su isla natal y se estableció en Las Palmas, donde ejerció como médico, trabajo que compaginó con su interés sobre la historia de los primeros pobladores de las Islas Canarias. 

Un hombre con un traje de color negro

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Dr. Gregorio Chil y Naranjo. Fuente: cienciacanaria.es

Para la investigación sobre los aborígenes canarios el Dr. Chil leyó las antiguas crónicas de la conquista y los trabajos historiográficos realizados al respecto. También hizo acopio de todo resto material protohistórico de la isla que se cruzara en su camino. Así juntó una gran colección de momias, huesos, cerámica y otros útiles. Su idea era formar un gabinete de Historia Natural. Este trabajo de investigación y recolección culminó con la publicación en 1876 de su obra Estudios históricos, climatológicos y patológicos de las Islas Canarias. Tuvo una gran acogida en la comunidad científica, pero no tanto en la comunidad religiosa debido a su relación con las teorías darwinianas sobre la evolución de la especie humana.

Pero sin duda el mayor legado que el Dr. Chil pudo dejar a la sociedad canaria, y al resto de la humanidad, fue la creación del Museo Canario, fundado en 1879 junto con otros intelectuales. Inicialmente se situó en la tercera planta del Ayuntamiento de Las Palmas. Tras su muerte el Dr. Chil legó en su testamento que la sede fuera trasladada a su vivienda de la capital de Gran Canaria una vez que su esposa también hubiera fallecido. 

Texto

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Placa con la historia del Museo Canario. Foto: autor

El ídolo de Tara debió de llegar al alijo del Dr. Chil en algún momento de la segunda mitad del siglo XIX, pero no se sabe exactamente ni cuándo lo consiguió ni de dónde lo sacó. En los archivos de Chil, la figura es denominada con el número de inventario 249. En los años 60 del siglo pasado apareció en el yacimiento arqueológico de Tara un fragmento muy similar a parte del tronco y de un brazo de esta escultura, por lo que comenzó a llamarse ídolo de Tara. No obstante, algunas líneas de investigación recientes creen que esta estatuilla pudo haberse encontrado en la localidad de Gáldar y no en Tara dado que han aparecido restos de otras figurillas similares. Lo cierto es que lo único seguro es su pertenencia a la Isla de Gran Canaria, dado que a lo largo y ancho de la misma hay múltiples fragmentos e idolillos muy similares entre sí. Por ello en el año 2000 el Museo Canario publicó un manuscrito en el que explicaba que al no estar clara la procedencia de este exvoto, lo más correcto sería llamarlo Ídolo de Chil, en homenaje a su descubridor. 

Fragmento hallado en el yacimiento de Tara. Museo Canario. Fuente: autor

La procedencia y significado de esta maravillosa representación aborigen canaria siguen siendo un misterio sin resolver, pero lo que sí que está claro es que se trata de una figura con un gran valor iconográfico y que incluso a día de hoy sigue siendo un símbolo de identidad canaria.

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