El Cementerio de Staglieno no es un lugar normal. Durante un siglo, de 1852 a 1950 los habitantes mas poderosos de Génova, en ese momento una poderosa ciudad, hicieron construirse los monumentos mas grandiosos que sus fortunas les permitían. Verdaderas obras de arte de piedra que hoy en día, parecen cobrar vida. Te lo contamos
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Se puede decir que el grandioso cementerio de Staglieno ubicado en una de las colinas de Génova es un auténtico museo “a cielo abierto”, repleto de galerías monumentales y memoriales donde se entremezcla y admira el arte escultórico de grandes artistas que allí dejaron su impronta durante un siglo, entre 1850 y 1950, y la naturaleza romántica ideada por los arquitectos que en él trabajaron para construir este maravilloso lugar destinado al eterno descanso de sus moradores.
Este camposanto, con una superficie actual que ronda el kilómetro cuadrado, es uno de los más grandes, importantes y fascinantes de Europa, que desde 2010 forma parte de la Ruta Europea de Cementerios, un itinerario cultural ideado por la Asociación de Cementerios Significativos de Europa para promover el valor del arte fúnebre, así como atracción turística para disfrutar de su arquitectura neoclásica mediterránea, y donde podremos observar su lenguaje artístico que discurre desde el neoclasicismo al realismo italiano, uno de los más tremendamente descriptivos de toda Europa, y del simbolismo al stile liberty o modernismo (1890 y 1910), y al art decó.
En 1832, mediante decreto del rey de Piamonte-Cerdeña, Carlos Alberto de Saboya, prohíbe por razones de salud pública que los enterramientos se continúen realizando intramuros, en las iglesias o bien en los cementerios parroquiales, tal y como se venían haciendo hasta ese momento. De esta manera, surge la idea de construir un gran cementerio a las afueras de la ciudad y se encargará el diseño de sus jardines de planta neoclásica al arquitecto genovés Carlo Barabino en 1835.
Barabino fallecerá antes de la aprobación del proyecto pero le sucederá en los trabajos de construcción y respetando siempre la planta arquitectónica original, el naturalista Giovanni Battista Resasco. La apertura al público será el 2 de enero de 1851, aunque los trabajos continuaron hasta 1880, donde Resasco consiguió combinar un tipo de cementerio de estilo mediterráneo y más naturalista, con el anglosajón.
Para comprender la grandiosidad del lugar hay que entender que, la capital de la región de Liguria, Génova, era una ciudad tremendamente importante y, con el gobierno de los Saboya, dejaba de ser un centro basado únicamente en el comercio para convertirse en un centro industrial de primer orden. Con la profunda transformación de la ciudad, sus calles se hicieron rectilíneas con plazas centrales, nuevas áreas residenciales y, acorde al entorno que se iba creando, el cementerio de Staglieno.
Se convirtió en un centro económico y cultural que atraía a grandes fortunas que para demostrar su elevado poder adquisitivo y sus refinados gustos realizaban gran cantidad de aportaciones arquitectónicas de estilo neoclásico a los edificios de la ciudad, e incluso, esa misma afición la extrapolaban al lugar donde reposarían sus almas, y así, las principales familias competían entre ellas para ver quienes lograban crear los panteones, sepulcros, mausoleos y criptas más hermosos y deslumbrantes. Esta especie de lucha atrajo la mano de obra de artistas de fama internacional como Leonardo Bistolfi, Augusto Rivalta, Giulio Monteverde, Santo Varni, Lorenzo e Luigi Orengo, Demetrio Paernio, Edoardo De Albertis o Eugenio Baroni, artistas que quisieron interpretar los nuevos sentimientos que afloraban en la burguesía de finales del decimonónico y comienzos del veinte.
Durante los años 60 y 90 del XIX, se idearon ampliaciones como la que realizó Resasco sobre el Porticado Semicircular de Levante utilizada como galería monumental, y las áreas que se destinaron a otras religiones como es el caso del cementerio judío, construido en estilo pseudo-oriental, aparecen tres grandes lápidas que recuerdan a los deportados por parte de los nazis y a los muertos en Alemania; el cementerio inglés, con las tumbas de guerra de la Commonwealth, de influencia eminentemente naturalista, acoge a militares ingleses caídos en Génova en la Primera Guerra Mundial y en la liberación de Italia de los nazis; el cementerio protestante, fundado por la comunidad suiza y de ambiente romántico de finales del siglo XIX; el cementerio de los griegos y de los ortodoxos, rusos, búlgaros y en general a los difuntos de religión ortodoxa; el musulmán, el israelita y el cementerio militar.
Las distintas ampliaciones de este grandioso camposanto realizadas en el siglo XX se harán en distintas etapas: la Galería Montino, rica en obras de Art Decó, los nichos fueron comprados inmediatamente y decorados por distinguidas familias de la emergente y emprendedora burguesía mercantil genovesa, algunas obras más reminiscentes de estilos del XIX, otras bordeando la modernidad de inicios del siglo XX; el Tabernáculo a los Caídos de la Primera Guerra Mundial, se llevará a cabo en los años 30 y de claro estilo racionalista, en él hay sepultados hombres cuyos nombres están grabados en las losas de mármol verde que cubren las paredes; y el Porticado de San Antonio, iniciado en 1937 pero inaugurado en 1955, será la última ampliación monumental hecha en Staglieno, donde sorprende lo amplio y luminoso, con estilo sobrio y temas marcadamente religiosos.
Me gustaría destacar por su importancia historiográfica, el Acueducto Histórico de Génova que atraviesa la necrópolis. Se trata de una infraestructura que tiene sus orígenes cuando los romanos construyeron los primeros canales hídricos para proporcionar agua potable a la ciudad y a su puerto a través de 40 kms de canal desde el Valle Bisagno hasta los muelles del ahora Puerto Antiguo a fin de suministrar a los barcos.
El Panteón sustentado por seis columnas dóricas de mármol blanco, apareció en el proyecto de Barabino en forma piramidal, pero en la ejecución del proyecto de Resasco lo modifica inspirándose en el Panteón de Roma. En él se representa la memoria colectiva de los genoveses, destinándose como lugar de reconocimiento de personas insignes, y así se puede leer: “Deo domus claris memoria Genuensibus”, “templo dedicado a Dios y a la memoria de los genoveses ilustres”.
Entre los enterrados en el Boschetto Irregolare podemos encontrar personajes del Resurgimiento italiano como Giuseppe Mazzini, “el alma de Italia”, activista italiano que combatió por la integración nacional italiana, el mausoleo se encuentra rodeado por las banderas republicanas que lo acompañaron en su funeral, al igual que los mártires que perdieron la vida por sus ideales durante la tortuosa unificación de Italia.
Muchas de estas esculturas han sido replicadas en múltiples ocasiones no solo por el propio artista sino por otros muchos imitadores, pudiéndolas encontrar en diferentes versiones y en multitud de cementerios de Italia, Francia, Alemania, Inglaterra, Argentina o México.
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