Afganistán, una pieza de ajedrez en el «gran juego» de los imperios

A comienzos del siglo XIX el imperio ruso y británico chocaron en las áridas tierras de Asia central, los primeros buscaban llevar las fronteras rusas hasta el Indico mientras que los segundos proteger la joya de la corona británica, el Raj de la india. Fue en las inhóspitas tierras de Afganistán donde tuvo lugar la colisión, y se convirtió en lo que se denomina un estafo buffer entre ambos imperios donde rusos y británicos intentaron utilizar a los afganos para proteger sus objetivos y dañar al rival. Los afganos fueron presa de un conflicto geopolítico en el que eran utilizados como piezas de ajedrez, el llamado por el escritor inglés Rudyard Kipling: “el gran juego”. 

Tiempo de lectura: 10 minutos

Afganistán, un laberinto ingobernable

No solo los imperios chocaron en Afganistán. Con estrepito y furia la placa tectónica India colisionó contra la placa euroasiática y la placa arábiga, y de este impacto resultó la formación de los imponentes Himalayas en India y en Afganistán la cadena montañosa del Hindu Kush y el Pamir. Lo que antes era una llanura se convirtió en un paisaje de majestuosas cumbres, algunas de las cuales superan los 7,000 metros, como el Noshaq y el Kohe Shakhawr, y de profundos valles. Las montañas son como una herida antigua que atraviesa todo el centro y norte del país, partiendo y segmentando el territorio, convirtiendo la región en un territorio de temperaturas extremas e inhóspito. 

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Las montañas volvieron a sus habitantes indomables, eran el refugio y fuente de resistencia que les permitía detener cada invasión, un lugar donde la gente nunca ha renunciado a su orgullo y su cultura. Comprender la historia de Afganistán, es tener presente que cada valle escarpado cuenta con cumbres que funcionan como fortalezas naturales, que los caminos son tortuosos, las cuevas profundas, y el alma del montañés indomable, lo que ha impedido a cualquier invasor tomar el control total del territorio.

Es seguro Afganistán para el turismo? - Against the Compass

No obstante, la mayor barrera a la unidad del país es la división étnica y lingüística, que se alza como una imponente muralla al igual que las montañas de Afganistán. Los pastunes son el grupo étnico más grande y poderoso, seguidos por tayikos, hazaras, uzbekos, baluchis, turcomanos, pamiris y nuristaníes, cada uno con su propia lengua y tradiciones. Esta diversidad étnica y cultural ha sido forjada por la historia del país y es una de las principales causas de su ingobernabilidad. Las fronteras de Afganistán difieren completamente del concepto occidental de un Estado-nación. Con la excepción de los hazaras, las etnias que habitan en Afganistán se extienden mucho más allá de las fronteras establecidas por los imperios occidentales. 

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Los uzbekos y tayikos, por ejemplo, miran hacia el norte, hacia Uzbekistán y Tayikistán, y muchos de ellos se sienten parte de una comunidad túrquica más amplia en la que también estarían incluidos los turcomanos. En cambio, los baluchis tienen fuertes lazos con Baluchistán en Irán. El grupo étnico más afectado por las arbitrarias fronteras del país son los pastunes, un tercio de ellos habita Afganistán y dos tercios habitan Pakistán. El porque de estas fronteras que no reflejan la realidad étnica del país tiene su origen en que responden a las imposiciones de las potencias europeas. La frontera entre Persia y Afganistán fue definida por terceros en una serie de arbitrajes entre 1872 y 1935, derivados del Tratado de París (1857). Por su parte, la frontera entre Pakistán y Afganistán fue trazada en 1893 por el Reino Unido a través del Acuerdo de Durand, mientras que la frontera entre Afganistán y Rusia se estableció en 1885, la cual, en gran medida, sigue siendo la actual frontera con Turkmenistán, Uzbekistán y Tayikistán. 

The Durand Line

Así mismo, el conflicto religioso en Afganistán ha sido una de las principales fuentes de división y enfrentamiento entre las diferentes etnias del país. Si bien es cierto que la mayoría de los afganos son sunnitas, liderados por los pastunes, también es verdad que hay una importante minoría chií, principalmente entre los hazaras. A lo largo de la historia, esta diferencia en la interpretación del Islam ha sido motivo de luchas y enfrentamientos violentos, con los pastunes masacrando a los hazaras en varias ocasiones. Durante la campaña de Abdur Rahman contra ellos en el siglo XIX, más del 60% de los hazaras fueron masacrados o desplazados, resultando en un número de muertes que oscila entre 300.000 y 2,5 millones de personas. A raíz de estos hechos, más de 500.000 hazaras huyeron a Irán y Pakistán, y un número menor huyó hacia el norte. En la actualidad, los hazaras temen un nuevo genocidio a manos de los talibanes, quienes en el pasado han cometido atrocidades contra esta comunidad. Durante el gobierno talibán en los años 90, los hazaras fueron brutalmente perseguidos, y muchos fueron asesinados o desplazados de sus hogares.

Los orígenes del gran Juego

La dinastía pastún de los durrani logró, con cierto éxito, cohesionar durante cincuenta años el complicado rompecabezas que era Afganistán. Sin embargo, a la muerte de Ahmad Shah Durrani en 1772, se produjo un vacío de poder que derivó en una serie de luchas intestinas entre sus sucesores. Estas coincidieron con la llegada de los británicos a las fronteras de Afganistán que favorecieron la desintegración del país Se perdió la unidad del imperio, Afganistán efectivamente dejó de existir como una entidad única, desintegrándose en una colección fragmentada de clanes independientes. 

Las cosas siguieron así hasta que Dost Mohammed Khan ascendió al poder en 1826. Dost Mohammed fue un destacado líder afgano que logró unificar el emirato de Afganistán en el siglo XIX y promovió reformas económicas y militares, lo que le permitió consolidar su poder y expandir su territorio. Sin embargo, para los británicos resultaba en una amenaza que no podían permitir que acabará convirtiéndose en una amenaza y un aliado de los rusos. Este es el motivo por el que se lanzaron una seríe de campañas militares sobre Afganistán que a pesar de que reportaron amargos fracasos para los británicos acabaron con la sumisión de los afganos al imperio británico hasta 1919.

Tras la independencia británica en 1919, Afganistán se sumió en un periodo turbulento, con frecuentes enfrentamientos entre facciones rivales que oscilaban entre congraciarse con británicos y rusos. El país paulatinamente entro en la esfera de influencia de la Unión soviética. En 1973, el rey Mohammed Zahir Shah fue depuesto en un golpe de Estado liderado por su primo, Mohammed Daoud Khan, quien instauró una república. Pero, este régimen no logró consolidar el poder y fue derrocado en 1978 por un grupo de militares y comunistas, llevando a Afganistán a la esfera de influencia rusa.

El nuevo gobierno comunista en Afganistán se enfrentó a una insurgencia liderada por grupos islámicos, apoyada por Pakistán y Estados Unidos. Esto despertó la preocupación de la Unión Soviética por la creciente influencia occidental en la región y el temor de que un Afganistán pro-occidental pudiera amenazar la seguridad soviética. El presidente afgano Hafizullah Amin fue incapaz de controlar las protestas y se consideraba desleal por mantener contactos con potencias occidentales en lugar de aplicar el socialismo en el país. Debido a esto, la Unión Soviética decidió eliminarlo y colocar a una figura más cercana a ellos. El KGB diseñó la Operación Tormenta 333, que el 27 de diciembre de 1979 envenenaría al presidente y su gabinete. Aunque sobrevivió al envenenamiento, los soviéticos lo asesinaron en el asalto a su residencia y lo reemplazaron con Babrak Karmal.

A pesar de los éxitos iniciales la situación se deterioró rápidamente, acabo convertida en un jihad contra una invasión extranjera que atacaba a la comunidad musulmana. Así, la invasión rusa de Afganistán se tornó en una lucha cruenta y prolongada que dejó miles de víctimas y tuvo repercusiones internacionales. Fue una trágica página en la historia afgana y una muestra de la complejidad de las relaciones políticas internacionales en una región convulsa y estratégica. La guerra se alargaba sin lograr resultados, más allá de un flujo constante de ataúdes hacía el otro lado de los Urales.

En 1989, la retirada de las tropas soviéticas de Afganistán marcó el fin de la Guerra Fría y el inicio de una nueva etapa de luchas internas en el país. Los grupos islámicos se enfrentaron entre sí por el poder y en 1994, los talibanes, un grupo radical islámico, tomaron el control de Kabul y gran parte del país. Durante cinco años Afganistán logro aislarse del mundo, convertido en una distopia teocrática en la que unos jóvenes estudiosos del Corán radicalizados provenientes de Pakistán cubrieron a las mujeres, y a todo el país con un velo de oscurantismo y regresión a la tradición. Durante el régimen talibán, se impuso una interpretación extrema de la ley islámica y se limitaron las libertades individuales y los derechos de las mujeres. 

Afghanistan's Taliban order women to wear burka in public | CBC News

La lucha contra el invasor en Afganistán se convirtió en una cuestión internacional, atrayendo a yihadistas de todo el mundo, grupos que disfrutaron del apoyo económico de Occidente, incluyendo a Osama Bin Laden, quien estableció su refugio en las montañas entre Afganistán y Pakistán. Derrotados los soviéticos, durante muchos años, Afganistán estuvo sumido en una guerra civil que permitió la expansión de movimientos yihadistas en los escarpados valles afganos. El país se convirtió en un centro de entrenamiento para Al Qaeda y otros grupos armados que recibieron refugio de los talibanes. Sin embargo, los talibanes pagarían un alto precio por estos apoyos cuando se relacionara a Osama Bin Laden con la planificación de los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.

Consecuencia de esto una coalición liderada por Estados Unidos invadió Afganistán y derrocó al régimen talibán, hasta 2022. Desde entonces, el país ha experimentado un proceso de reconstrucción y estabilización hasta 2021.

Oscar Wilde Vs Rudyard Kipling Re The Folly Of Invading Afghanistan - UK  Indymedia

El derrumbamiento de un estado en directo

La democracia afgana nunca convenció, a diferencia de Occidente, donde la sociedad civil es una parte integral de la democracia y existe un asentado sentimiento nacional, los afganos se identifican más con su etnia o tribu en lugar de con su país, solo una minoría urbana apoyada por la OTAN se involucró en el proceso. El sistema afgano ha sido una simulación poco conseguida de este sistema democrático occidental, donde a diferencia de occidente lo que ha enfrentado a los partidos políticos no ha sido la diferente visión de que es mejor para el estado y sus habitantes, si no los enfrentamientos tribales y étnicos. Los partidos han reproducido esas alianzas tribales y las elecciones eran meros simulacros. El sistema político afgano no logró superar las alianzas tribales y étnicas, lo que condujo a elecciones meramente simbólicas y una participación ciudadana muy baja.

Los precedentes de fraude ponen en alerta a los candidatos en Afganistán |  Internacional | EL PAÍS

La sociedad afgana nunca encajó con la visión liberal de Estados Unidos, que impuso un sistema ajeno a sus peculiaridades. Los talibanes, en cambio, supieron articular la sociedad y ofrecer un código legal aceptado por todos: la sharía, la brutalidad taliban sustituyo a la incapacidad del estado afgano, que incorrupto y débil no era capaz de organizar la sociedad. Durante las últimas dos décadas, los líderes de Afganistán han sido acusados de corrupción y de malversar fondos internacionales destinados al desarrollo de la educación, la salud y otros sectores clave.

Karzai's own government is corrupt

Estos comportamientos han sido objeto de críticas generalizadas y han generado preocupación entre la comunidad internacional. La ofensiva de los insurgentes fue rápida y efectiva, dejando al gobierno en control solo de las ciudades del país para agosto de 2021. La precipitada retirada de las fuerzas extranjeras dejó al ejército afgano, de más que cuestionable lealtad y formación, prácticamente sin munición pues a la defensa del país, lo que culminó en un colapso total y en imágenes conmovedoras de la evacuación del aeropuerto de Kabul. 

Afghanistan: Final German evacuation flight leaves Kabul – DW – 08/26/2021

Sin embargo, la historia de Afganistán como pieza en el «gran juego» de los imperios no ha terminado. La evacuación de las fuerzas occidentales ha dejado un vacío de poder en el país y ha permitido que los talibanes tomen el control. Esto podría desencadenar una nueva lucha por la influencia en la región entre potencias como Rusia y China, y podría tener graves consecuencias para la estabilidad geopolítica mundial. La retirada norteamericana de Afganistán es para muchos el principio del fin de la hegemonía occidental, tanto es así que Putin soñó con que la caída de Kabul fuera seguida un año después por la de Kyiv.

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