Porno, el cine que cambió la historia

Desde la primera escena erótica proyectada en 1896 hasta la moderna industria pornográfica, el mundo del erotismo siempre ha estado presente en el cine, jugando con el morbo de lo prohibido. Descubre cómo el porno ha cambiado el cine

Los hermanos Lumière mejoraron el mundo con el invento del cine, quizás uno de los más revolucionarios adelantos contemporáneos que modificó hábitos culturales, dinamizó amplios sectores industriales y modificó la política con un enorme potencial propagandístico.

Al poco de aparecer el cine, se proyectó en 1896, Le Coucher de la Mariée, dirigida por Albert Kirchner la escena de una pareja a punto de acostarse, donde el protagonista parece dirigirse al público indicándoles que se tapen los ojos, jugando con el morbo de lo prohibido. La película duraba siete minutos y solamente se han conservado dos, habiendo desaparecido el desnudo de la actriz. Había nacido el cine porno y a partir de entonces el género no pararía de crecer e innovar. 

La pornografía no es un invento contemporáneo, el sexo, la exhibición y reproducción de escenas sexuales está documentada desde el Paleolítico, con escenas de arte rupestre de sexo explícito, falos y otros objetos de contenido sexual en soportes móviles… pero fue con el invento de la fotografía en el siglo XIX cuando tuvo su mayor repercusión y se convirtió en un objeto de deseo y mercancía, con la invención de las primeras revistas pornográficas, en Francia.

La necesidad de satisfacción erótica fue aprovechada por la industria comercial, que incrementaba su valor proporcionalmente a la prohibición que llevaban a cabo numerosos gobiernos de todo el mundo. 

Escena de «Le Coucher de la Mariée
Las primeras películas pornográficas daban respuesta a la fantasía masculina heterosexual de acceder al sexo, evitando la complicación de las relaciones reales. 

Nada diferente a lo que hemos tenido hasta la llegada de internet, desnudos femeninos mayoritarios, actos sexuales convencionales y algún acto fuera de lo convencional para satisfacer algún gusto extraordinario. Fue Francia el lugar de los pioneros del cine porno, que pronto se extendió a otros países. Los lugares de exhibición eran los burdeles y los ámbitos privados masculinos burgueses y aristocráticos de las primeras décadas del siglo XX. En España era conocida la afición del rey Alfonso XIII al cine pornográfico.

HASTA LOS NAZIS PRODUCÍAN PELÍCULAS PORNOGRÁFICAS A ESCONDIDAS PARA TRAFICAR CON ELLAS.

Que la industria de cine pornográfico es una de las más lucrativas, ya lo conocían los nazis. Está documentado el cine pornográfico en la Alemania de la II Guerra Mundial, que fue rodado para utilizarlo como moneda de pago para la obtención de materias primas, principalmente de hierro sueco. La sociedad de la Alemania nazi no hubiera tolerado la existencia de esta “aberración moral incompatible con su modelo de pureza” sin embargo, complicadas investigaciones han sacado a la luz las películas de Sachsenwald, rodadas en esta ciudad en el año 1941. Se trataba de pequeñas escenas destinadas a un consumo interno de algunos círculos del partido nazi, y para intercambio por materias primas. La novela de Thor Kunkel, “Fase Final” ha sacado a la luz este oculto y polémico episodio.

El cine porno como actor social Masculino en los años 50

La gran expansión de la industria del cine pornográfico llegó tras la Segunda Guerra Mundial. La proyección de películas porno hasta bien entrada la década de los años 50, estaba muy ligada a actos sociales masculinos, fiestas de solteros, hermandades universitarias y todo tipo de actos exclusivamente para hombres. Con las cámaras de 8 mm. ganaron en calidad, los primeros planos de genitales se empezaron a generalizar, así como el acceso a este tipo de consumo sexual. Cada país tenía sus líneas “argumentales”,  en Estados Unidos las escenas propiamente pornográficas tardaban más en llegar, había una especie de resistencia femenina que no se daba en Francia, donde no se mostraban tan recatadas.

SEXO, DROGAS Y ROCK AND ROLL, UN SALTO DEL CINE PORNOGRÁFICO

A finales de los años 50 hay un giro, donde las escenas se hacen menos explícitas, buscando mayor peso erótico en detrimento de lo meramente sexual, son las Beaver movies. Durante la década de los años 60 el productor y activista Lasse Braum consigue legalizar la industria pornográfica en algunos países donde estaba prohibido, como Dinamarca, al mismo tiempo que se vivía en occidente una revolución sexual, se normalizaba el nudismo en playas y actos multitudinarios; sexo, drogas y rock and roll, haz el amor y no la guerra, vive y deja vivir eran muchos de los lemas que corrían entre una juventud desinhibida y contraria a las prohibiciones morales. 

LOS 70 Y EL ACTIVISMO ANTI PROHIBICIONISTA QUE ALUMBRÓ A LOS MAGNATES 

En los años 70 a pesar de la prohibición en Estados Unidos, la industria pornográfica no dejaba de crecer e introducir modas que, sobre una misma base de consumo de sexo para hombres heterosexuales, introducía cuerpos femeninos más delgados, con grandes pechos, distinto a los estereotipos cinematográficos, aunque la mujer seguía siendo el objeto comercial, y el hombre el pagador de ese objeto de deseo. Es en esta época cuando surgen los magnates de la pornografía, que dominan uno de sus principales soportes, el cine, tales como Reubem Sturman, así como las míticas películas Garganta Profunda o Detrás de la puerta verde. 

Cartel de la película Garganta Profunda
Cartel original de «Garganta profunda»

LOS 80, PLÁSTICO Y SILICONA.

La década de plástico trajo toneladas de silicona, pechos femeninos abundantes en cuerpos neumáticos fueron la principal innovación, Pamela Anderson una de las principales estrellas emergentes del cine, pero quizás lo más llamativo fue la aparición de hombres musculados, cuyo principal atractivo eran unos gigantescos penes, que lejos de atrapar a un público femenino, proponía un modelo de hombre, cuyo principal y único atributo era el sexual. El cine seguía siendo, por tanto, un producto manejado por hombres y destinado a varones heterosexuales mayoritariamente.

PORNO PARA TODOS, INTERNET MATÓ A LA ESTRELLA DEL CINE PORNO

El siglo XXI, internet, la lucha por la igualdad de derechos entre géneros, el acceso a puestos de responsabilidad femenina, la nueva imagen de hombre, la diversidad sexual y en general los profundos cambios culturales y sociales que se han vivido en las dos primeras décadas del presente siglo, han tenido una evidente repercusión en el cine pornográfico. 

Las salas que surgieron a finales de los 70 y principio de los 80, especializadas en la proyección de cine pornográfico, los sex-shop con pequeñas salas de proyección, las secciones eróticas de los videoclubs, las revistas y el consumo masculino heterosexual, han dado paso a un consumo profundamente individualizado, muy diverso, cambiante, innovador, destinado a todo tipo de público, donde la profesionalización del cine ha cedido casi todo su terreno a una producción amateur, casi infinita, pero dominada por los grandes grupos de la producción pornográfica desde una posición más discreta.

En definitiva, el sexo con sus miles de tentáculos, su capacidad de remover impulsos irracionales ha sido hasta el momento uno de los motores que han impulsado la Historia, pero toda industria potente tiene su cara oculta; no podemos pasar por alto que una industria tan lucrativa ha sido denunciada en múltiples ocasiones por abusos de todo tipo, y cuyas víctimas han sido mayoritariamente mujeres.

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