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El vidrio fue algo importante para los vikingos. Le permitió fabricar cristal para sus ventanas, vital en un clima tan hostil. Y les dio su misteriosa piedra solar. Te contamos sus secretos.

Tiempo de lectura: 10 minutos

Por Daniela Andre

Retrocedamos un poco en el tiempo, directo a la era vikinga. En aquel entonces, el término «vindauga» (en nórdico antiguo) no solo definía a una ventana, sino que literalmente se traducía como «ojo del viento». Estas aberturas, lejos de ser simples adiciones decorativas, eran herramientas esenciales en la lucha diaria contra el frío inclemente. En lugar de vidrio, a menudo se encontraban cubiertas con pieles o tejidos, buscando retener todo el calor posible. Pero, ¿sabías que la historia nos tenía reservada una sorpresa?

En 2023, un artículo del Danish Journal of Archaeology desveló un detalle fascinante. Han encontrado fragmentos de vidrio que pertenecieron a la era vikinga, sugiriendo que el uso del vidrio no era tan extraño en esa época como se pensaba. Más interesante aún, estos fragmentos, que anteriormente se desestimaban como desechos contemporáneos, tienen orígenes tan diversos como Egipto y otros lugares del continente europeo. Estos hallazgos ponen de manifiesto una realidad intrigante. Las ventanas de vidrio, lejos de ser una simple adición de la construcción medieval, ya eran una característica prominente en los majestuosos salones y templos vikingos. 

Las ventanas. Esas aberturas por las que cotidianamente miramos, y que, en el frenesí del día a día, rara vez nos detenemos a reflexionar sobre su trascendencia. Pues bien, resulta que tienen mucho que decir, sobre todo si hablamos de las ventanas de los países nórdicos. En esas latitudes, donde el invierno es más que una simple estación, las ventanas narran historias de supervivencia, innovación y cultura. 

Avanzando en el tiempo, las ventanas comenzaron a reflejar no solo las necesidades prácticas, sino también la estética y el estatus social. Pero, como suele pasar en la historia, con los avances vienen nuevos retos. En el siglo XVIII y XIX, en regiones como Suecia y Dinamarca, el número de ventanas en tu hogar determinaba cuánto pagabas de impuestos. Increíble, ¿verdad? Así que la próxima vez que veas un edificio antiguo con ventanas tapiadas en esos países, ya sabrás la razón. Hoy, con la sostenibilidad y la ecología como prioridades, las ventanas nórdicas han evolucionado de nuevo. Innovaciones como el triple acristalamiento no solo buscan eficiencia energética, sino también rendir homenaje a la rica tradición de adaptarse y respetar el entorno. 

La Piedra Solar: El enigma de la navegación vikinga Si bien las ventanas nos han ofrecido un acercamiento a la vida vikinga, hay otro elemento de vidrio, o más bien cristalino, que merece ser explorado: la piedra solar o «sólarsteinn». Las leyendas hablan de este cristal calcita que los vikingos podrían haber usado como herramienta de navegación. Estos valientes navegantes confiaban en un cristal para encontrar la posición del sol en días nublados. El debate sobre la existencia y uso real de la piedra solar ha persistido durante años. Sin embargo, recientes investigaciones y referencias en sagas nórdicas han arrojado luz sobre este misterio, sugiriendo que, en efecto, estos cristales pudieron haber tenido un propósito náutico. 

En esencia, ambas narrativas, aunque distintas en su naturaleza, convergen en un eje temático: la interacción nórdica con el vidrio y los cristales. Ya fuera para resguardarse de las inclemencias o para trazar rutas marítimas, los vikingos demostraron su ingenio y adaptabilidad. Tanto las ventanas de vidrio como la piedra solar sirven como testimonios de la habilidad de una cultura para emplear recursos naturales de manera innovadora, reflejando el profundo respeto y conexión de los vikingos con su entorno.