Los Thaggi, la secta hindú con más asesinatos de la historia

Los Thaggi son aún hoy conocidos por ser la secta con mayor número de asesinatos conocidos de la historia. Solo la enérgica actuación del dominio inglés consiguió acabar con ellos en 1838. Descubre su apasionante historia

Una de las mayores organizaciones criminales de la historia, acechaba los caminos en territorios de la India con el objetivo de robar y asesinar para venerar a su diosa Kali. Hablaremos en este artículo de los thugs, la banda de estranguladores más grande y tenebrosa que ha existido y que operó durante siglos hasta que su último líder, Buhram Jemedar, más conocido como Thug Behram y considerado el mayor asesino en serie de la historia, confesó todos los crímenes de la secta.

Kali

Aunque las primeras menciones de esta macabra organización formada por hinduistas y monoteístas musulmanes se remontan al siglo XIV, lo cierto es que el número de integrantes fue en aumento hasta que sus prácticas se vieron categóricamente aplastadas por los británicos en los años 30 del XIX, tras cinco siglos de historia. 

La temible diosa, Kali, deidad hindú de la muerte y la destrucción como parte primordial del amor,  abrigó bajo su culto a esta secta de estranguladores, una de las más sangrientas de la historia.

Litografía del s.XIX. Imagen de dominio público

Cuenta la mitología hindú, que “un demonio habitaba la tierra y la dominaba impidiendo que los humanos pudieran establecerse en ella. Kali fue la diosa que se enfrentó al demonio, pero de cada herida que él recibía y cada gota de sangre que de ella emanaba, surgió un nuevo demonio. Kali, creó de su sudor a dos hijos para que la ayudaran en la batalla, dándoles dos pañuelos anudados para que acabasen con él, estrangulandolo”.   Se considera a aquellos hijos de Kali, los primeros thugs de la historia.

Los despiadados thugs (“thaggi”, en indi y “thuggee”, en inglés) fueron una confederación bien organizada de asesinos profesionales que encontraban en el robo y la muerte, un método perfectamente legítimo para vivir, organizándose en bandas itinerantes de decenas de miembros que persuadían a los viajeros acaudalados mostrándose ante ellos como personas cercanas y amigables.   Se acercaban sigilosamente indicándoles la ruta correcta que debían seguir, así como ofreciéndoles comida y cobijo.  Los trataban tan amablemente que no podían imaginar que aquellos individuos tan cordiales acabarían asesinándoles. 

Un grupo de Thugs estrangula a un viajero en un camino de la India, principios del siglo XIX. (Dominio público)

Esta banda de malhechores saqueaba a sus víctimas, se apoderaba de todos los objetos de valor y empleaba ciertos rituales establecidos por la propia secta entre los que figuraba el ahogamiento como método homicida, para posteriormente ser enterrados. Este acto lo realizaban con esa especie de pañuelo de seda amarillo (el rumal). También confesaron que realizaban todo tipo de mutilaciones; las orejas, los ojos, la nariz, e incluso, el corazón.  

Igualmente se sabe que compartían adornos rituales para identificar los vínculos entre ellos y, ciertos símbolos por los cuales sus miembros se reconocerían en los más remotos lugares de la India.   A parte de ser una actividad continuada por los hijos, aquellos que por edad o enfermedad no podían participar en el mencionado ceremonial, colaboraban con la causa como observadores o espías.

Los thugs continuaron ejerciendo sus fechorías hasta que a mediados del siglo XIX, cuando casi la totalidad de la India estaba bajo el control de la Compañía Británica de las Indias Orientales, los “British” se percataron de que las caravanas que atravesaban aquel territorio eran cruelmente asaltadas y los colonos acababan desapareciendo.  Decidieron, por tanto, enviar a la ciudad de Jabalpur (Estado de Madhya Pradesh, en la India), equipos de investigación que realizaran un examen intenso sobre la situación.  Estos acabaron informando que el nombre del líder era Thug Behram.  

Thug Behram. Imagen de dominio público

Buhram Jemedar nacido en 1765, aportó una técnica criminal consistente en coser un macizo medallón al extremo del rumal con el que estrangulaba a sus víctimas. 

El gobierno británico se vio obligado a enviar de nuevo, para una investigación adicional relacionada con la sociedad secreta de los estranguladores, al soldado y administrador de la India británica, William Henry Sleeman, ya que el equipo anterior había sido asesinado por el propio Behram

Sleeman fue el encargado de dirigir las operaciones contra los thugs cuando las autoridades alcanzaron a comprender la dimensión del problema, ya que habían aprovechado los primeros años de vacío de poder, durante la conquista británica, para incrementar su actividad delictiva.

William Henry Sleeman. Imagen de dominio público

En  1838, según fuentes de la época, Behram, al igual que su grupo, fue arrestado y declaró con mucho orgullo sus matanzas desde 1790, habiendo estado presente en más de 930 homicidios cometidos por su cuadrilla, y estrangulado con sus propias manos a unas 125 personas, lo que lo hace posicionarse en el top de los asesinos en serie del mundo. Se celebraron miles de juicios y millar y medio de acusados terminaron condenados, tras la promulgación de las Actas de Supresión de los Thugs, a cadena perpetua, e irónicamente en 1840 fueron ejecutados en la horca.

El libro “Guinness World Records” los menciona como despiadados asesinos que fueron responsables de aproximadamente dos millones de muertes, y muchos son los que los describen como la primera mafia del mundo.

Etiquetas: thugs, thug behram, diosa kali, the thugs, los estranguladores, mitología hindú

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