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En Septiembre del 480 a.C. se produciría un acontecimiento crucial en la historia de Atenas y el resto de póleis griegas. Dos armadas se enfrentaron en el estrecho de Salamina por diferentes motivos. Un bando buscaba la venganza frente a una vergonzosa derrota años atrás en las playas de Maratón. Los griegos, luchaban por su libertad. El resultado cambió la historia

Tiempo de lectura: 10 minutos

Por Danny Noya Velazco

En Septiembre del 480 a.C. se produciría un acontecimiento crucial en la historia de Atenas y el resto de póleis griegas. Dos armadas se enfrentaron en el estrecho de Salamina por diferentes motivos. Un bando buscaba la venganza frente a una vergonzosa derrota años atrás en las playas de Maratón. Su triunfo suponía la redención de dicho suceso y sumaría un tanto más a su apabullante contador de victorias y sumisiones fruto de su implacable paso por Grecia. La maquinaría persa, a pesar de parecer contundente, sólo suponía una muestra de su poder, ya que su imperio requería atención militar en diferentes puntos.

En cambio, los “griegos” luchaban por sus familias y su libertad. Entre ellos se encontraban los atenienses, quienes contemplaban de forma apenada como su ciudad era quemada y saqueada por los medos. Sin duda alguna, sería una huella difícil de borrar en su memoria colectiva. A diferencia de Maratón, ahora tocaba emplear sus barcos para defender su existencia y ello suponía una diferencia radical.

Los héroes de Maratón eran hoplitas, es decir, todos aquellos hombres con la capacidad económica de costearse un equipamiento semejante y que, consecuentemente, gozaban de los privilegios y de las garantías de la ciudadanía. Había una notable porción de la población que había sido excluida de tal éxito militar, los thetes. Éstos al no poder costearse su equipamiento militar fueron destinados a los remos de los barcos.

Ahora, en Salamina, sería su oportunidad de granjearse no solo un lugar en la historia, sino un estatus superior en su polis.  Para saber el por qué esta cuestión era tan importante debemos remontarnos a los antecedentes de la guerra, continuar con su desarrollo y, finalmente, vislumbrar sus consecuencias.

a)      ¿Qué pasaba en Atenas antes de las guerras médicas?

Más de medio siglo antes que Salamina, Atenas se disponía a vivir un episodio poco frecuente en la historia de Grecia. Tras mucho tiempo de luchas internas provocadas, especialmente, por una alarmante crisis de deudas, una facción aristocrática se hizo con el poder y erigió a una figura, el tirano Pisístrato. Normalmente, las tiranías tenían un efecto efímero, pero este personaje consiguió no solo mantenerse en el poder hasta el final de sus días, sino que pudo transmitirlo.

La fórmula que empleó se basaba en la disposición de un contingente de mercenarios, en apoyar a las clases desfavorecidas sin cambiar demasiado la estructura sociopolítica, y en crear todo un programa ideológico e iconográfico a través de una política evergética. De esta manera, las deudas que provocaron la esclavitud interna de la población fueron progresivamente condonadas al mismo tiempo que crecía el apoyo a la dictadura.

Sin embargo, a pesar de sus logros, la tiranía encontraría su final a través de dos factores. Por un lado, las clases altas buscaron volver al modelo aristocrático anterior, lo cual conllevaba un recorte de derechos y beneficios que había emitido en su momento Pisístrato y sus hijos, Hipias e Hiparco. Por otro lado, las clases bajas y medias, viendo su prosperidad, reclamaron su participación en las decisiones y los asuntos del gobierno. De esa manera, los dos pilares que habían sustentado a la tiranía se volvieron contra ella.

Una vez caída la tiranía, comenzaron las expulsiones de la ciudadanía por parte del primer grupo, es decir, muchas personas que se habían beneficiado de los cambios introducidos por Pisístrato, se veían privados de los derechos y las garantías que proporcionaba el estatus de ciudadano. Los recuerdos de las deudas y de la esclavitud por ellas estaban muy presente en los extractos bajos de la población. Sabían que si se imponía nuevamente la aristocracia más reservada dicha situación se iba a repetir. Sería la facción de Clístenes quien acogería esta reivindicación en su favor para establecerse en el poder tras una ardua lucha.

Durante su mandato, Clístenes buscó la isonomía, es decir, la igualdad ante la ley. Para ello, desactivó las redes clientelares a nivel político con una nueva distribución territorial, inauguró el ostracismo y le otorgó poca importancia a los derechos obtenidos fruto de la herencia y la riqueza, lo cual permitió aumentar los efectivos del ejército hoplítico. De esa forma, constituye los preámbulos atenienses a las guerras médicas.

b)     Las guerras médicas: dos victorias y dos ideologías.

El enfrentamiento entre medos y griegos fue todo un choque cultural cuyo origen se explica a través del apoyo de diferentes póleis a la Gran Revuelta Jónica (499 a.C.). Numerosas ciudades se alzaron contra los persas en la costa jonia (Asía Menor, actual Turquía), aunque sus acciones fueron finalmente suprimidas. El plan fue descubierto por Ciro II, el monarca de Persia, y decidió enviar una expedición punitiva a aquellas potencias que apoyaron la revuelta.

Un gran despliegue persa fue recibido en las costas de Maratón por el ejército hoplítico ateniense y plateo. Tras una feroz batalla y una hábil táctica por parte de los griegos, consiguieron repeler el ataque persa y sumar una importantísima victoria protagonizada por sus ciudadanos. El resultado del enfrentamiento supuso una mancha en el expediente bélico de los persas y un motivo por el cual el hijo de Ciro II, Jerjes I, decidió buscar la venganza.

De esta forma, volvemos a la situación del principio del artículo. Los griegos tras verse incapaces de superar los números persas, apostaron por combatir en el estrecho de Salamina. En dicho terreno sus enemigos no podían aprovechar su ventaja numérica, de hecho, se convertiría en un estorbo. Tras esta decisión se encontraba el ateniense Temístocles, quien ejerció como estratego (jefe militar). Apostó especialmente por los remeros atenienses, los thetes, quienes estaban en una situación difusa: entre el borde de obtener la ciudadanía, y sus garantías, y la pobreza.  

El resultado de la batalla fue un rotundo éxito para los griegos. Nuevamente volvían a sortear los ataques de los persas, pero de una forma tan contundente que dicho triunfo supuso un cambio definitivo para el mundo griego, tanto a nivel externo como a nivel interno. Por un lado, se había producido una victoria notable por parte aquellos hombres que no gozaban de los privilegios de la ciudadanía, quienes no estaban dispuestos a dejar pasar esta oportunidad de gloria para mejorar su situación. A su vez, “el persa” había sido derrotado y la hegemonía se libraría entre Atenas y Esparta.

c)      Tras Salamina: las consecuencias de la guerra

Las guerras médicas habían traído consigo la heroización colectiva. Anteriormente, esta característica era reservada para los héroes, como en la Ilíada o en la Odisea. Ahora tenemos dos colectivos anónimos que habían ascendido a este nivel: los hoplitas, por Maratón, y los thetes, por Salamina.

Temístocles, el estratego, sabía que después de las guerras contra los persas, Atenas podía encontrar una gran oportunidad en el campo marítimo con su armada. También sabía que tras haberse liberado de la amenaza persa, los rivales no aparecerían más allá de Anatolia, sino en la propia Grecia (Esparta), e incluso dentro de Atenas.

Su creciente popularidad y su inclinación por las clases bajas, lo condenaron al ostracismo. En su lugar, se erigió Cimón, una figura que explotaría al máximo la victoria de Atenas sobre los persas, situándose como la salvadora de Grecia a través de una gran propaganda ideológica y religiosa. Los motivos que usaba para representar este hecho curiosamente no era la batalla de Salamina, sino la de Maratón.

Ciertamente, Cimón no era favorable a una mayor apertura política y procuró una mayor propaganda y visibilidad al ejército hoplítico más que a los remeros. Sin embargo, era evidente que el naciente imperio ateniense no estaba sustentado por el ejército terrestre, sino por su flota. Con lo cual, la política evergética de Cimón no surtió un efecto duradero y pronto parte de la aristocracia se decantaría por una opción más amplia, por una democracia radical.

d)     La llegada de la democracia

De esta manera, Efialtes, un miembro de las clases altas aprovechará nuevamente un ostracismo pero esta vez en contra de Cimón para llevar a cabo sus cambios. De forma notable, el número de ciudadanos aumentó y se limitaron los poderes de las instituciones de carácter más oligárquico y se refuerza la asamblea, en la cual nadie tendrá preeminencia de palabra. Todo el mundo podía participar en ella, dando paso a la importancia de la retórica y su correspondiente enseñanza con los sofistas.

Se abogó por la selección de cargos a través del sorteo y, por estadística numérica, le corresponde en la mayoría de las veces a las clases bajas. Para compensar su servicio, se les brindó un pago por el desempeño de funciones públicas y militares, proveniente en cierta medida de los beneficios de su imperio.

De esta manera nació la democracia de Pericles, quien sería un continuador de las medidas llevadas a cabo por Efialtes. Un sistema de gobierno que se mantendría gracias a los enormes beneficios que les proveía su imperio, conocido como la Liga de Delos. A través de él, se saldó en gran medida la esclavitud interna y dio paso la compra-venta de esclavos externos. Al mismo tiempo, se vieron satisfechas las ansias de participación política de las clases medias – bajas.

Sin embargo, pronto, este sistema sería puesto a prueba en la Guerra del Peloponeso y la brecha que las guerras médicas habían abierto entre thetes y hoplitas siempre estaría presente junto con el recuerdo de la esclavitud por deudas. A partir de esta premisa, podremos entender los cambios y los enfrentamientos internos que vivió no solo Atenas, sino toda Grecia en dicho momento tan convulso, ya que el modelo de la democracia y sus ventajas (y desventajas) estaban presentes en la mente de los griegos.

 Créditos de imágenes:

I: https://it.wikipedia.org/wiki/Pisistrato#/media/File:Statue_of_Peisistratos.jpg

II: https://www.worldhistory.org/uploads/images/1226.png?v=1643648403

III: https://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Salamina#/media/Archivo:Battle_of_salamis_es.png

IV: https://en.wikipedia.org/wiki/Cimon#/media/File:Scherbengericht.pngV: https://pt.wikipedia.org/wiki/Democracia_ateniense#/media/Ficheiro:Discurso_funebre_pericles.PNG