Cuando los soviéticos invadieron Finlandia en el invierno de 1939 no se esperaban que el ejército finés se defendiera de una forma tan valerosa. A la falta de medios respondieron con un gran conocimiento del terreno, mucho valor y un arma secreta, los francotiradores. De ellos, el mejor fue Simo Häihä. Los soviéticos estaban tan aterrorizados que le llamaron «Belaya smert», la muerte blanca . Te lo contamos
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Cuando las tropas soviéticas invadieron Finlandia en el invierno de 1939, en lo que se llamó Guerra de Invierno, los fineses tuvieron que organizarse para defenderse de un enemigo mucho más numeroso, en una proporción de 1 a 3, y mucho mejor armado. Decidieron entonces emplear una guerra de guerrillas, que tan buenos resultado nos dio a los españoles durante nuestra Guerra de Independencia contra los franceses, evitando las batallas en campo abierto donde los soviéticos hubieran barrido a las tropas finesas. Pero también empezaron el uso intensivo de otra técnica de guerra que tan buenos resultados les daría: los francotiradores.

Estos soldados de alta precisión abatían las filas enemigas, escondidos con una gran cantidad de municiones y provisiones para permanecer lejos de sus camaradas. Fueron muchos los francotiradores celebrados durante la guerra en todos los bandos, por ejemplo, dentro de la URSS se destacaron Vasili Zaitzev o Yakovlevich; en la Alemania nazi, Erwin Koning y Heinz Thorvald. Pero sólo uno podría ser el mejor en esta categoría: el finlandés Simo Häyhä.

Simo Häyhä nació el 17 de diciembre de 1905 en la región de Rautjärvi, ubicada entre la frontera de Finlandia y Rusia. Simo provenía de una humilde familia de granjeros, ande de cumplir los 20 años se alistó en el servicio militar en 1925. Durante su entrenamiento Häyhä demostró buena técnica en las prácticas de tiro. Una vez que terminó su tiempo de servicio, regresó a su tierra natal para dedicarse a la vida del campo. Agricultura, ganadería y caza fueron lo suyo hasta el invierno de 1939, cuando estalló la Guerra de Invierno.

Simo Häyhä peleó contra los soldados del Ejercito Rojo en temperaturas oscilantes entre -20 y -40 grados Celsius. El letal francotirador era un hombre más bien bajito, con una altura de 1´60, su camuflaje de combate era completamente blanco, sus técnicas de supervivencia fueron simples, aunque arriesgadas:
- Prefería usar las miras de acero del propio rifle en vez miras telescópicas, para así no revelar su posición, puesto que un francotirador debe alzar su cabeza para usar la mira telescópica, además la luz del sol se puede reflejar en el lente y revelar su posición.
- Otra táctica que empleaba era congelar nieve frente a él para que sus disparos no levantasen la nieve, creando frente a él bloques de hielo.
- Ponía nieve en su boca para no delatarse por el vaho de su respiración.

Cuando la fama de Simo creció entre las filas del Ejército Rojo y se empezó a convertir en una figura que atormentaba y desmoralizaba a las tropas, le pusieron el apodo de “Belaya smert” (La muerte blanca). Montaron operaciones de ataque para acabar con este francotirador finlandés que sin ayuda de ningún otro hombre estaba repeliendo los continuos avances del Ejército Rojo.

En primera instancia enviaron escuadrones para encontrar y matar a Häyhä, pero el pequeño finlandés los mató a todos. Después formaron un escuadrón de contra snipers, que básicamente es un grupo de francotiradores para matar a otros francotiradores, pero cuando fueron trás Häyhä, también murieron. Esto demostró la superioridad técnica de Simo Häyhä frente a enemigos de su mismo calibre.
Los repetidos intentos soviéticos por liquidarlo estuvieron cerca de lograrlo durante un ataque de artillería cuyos fragmentos rasgaron la espalda de su abrigo blanco revelando su posición. Pero Simo resultó ileso después del ataque.

Sin embargo el 6 de marzo de 1940 Häyhä recibió un disparo, una bala expansiva impactó en su barbilla durante un enfrentamiento de corto rango. Sus compañeros lo recogieron y decían que le faltaba la mitad de su cabeza. Simo Häyhä recuperó conciencia el 13 de marzo, el mismo día que se declaró la paz. A pesar de sus heridas Häyhä pudo todavía apuntar y eliminar a sus adversarios hasta caer inconsciente.
Finlandia resistió los ataques hasta marzo de 1940, fecha en que se elaboró un tratado de paz, el cual cedía 10% del territorio finés y 20% de su capacidad industrial a la Unión Soviética, pero el país nórdico mantuvo su soberanía, despertando simpatías alrededor de todo el mundo.

Cuando el conflicto bélico término Simo Häyhä, quien había entrado a las filas del ejército finés como un simple soldado de infantería posteriormente ascendido a cabo, recibió el rango de Teniente segundo durante la campaña en el río Kollaa y también fue condecorado por Carl Gustaf Emil Mannerheim, el general al mando de la defensa finesa con la “Cruz de Kollaa” además de la “Cruz de Plata”.
El ejército finlandés se destacó por rechazar a los rusos, esta hazaña se recuerda en la historia como “El milagro de Kollaa”. Ningún soldado en la historia militar de Finlandia ha progresado en rango tan rápido como Simo Häyhä.

Tras ser herido en el rostro a Simo le tomó varios años recuperarse, ya que la bala expansiva había quebrado su mandíbula y extirpado su mejilla izquierda. Sin embargo tuvo una completa recuperación, después de la guerra se convirtió en un exitoso cazador de alces y criador de perros. Cuando se le preguntó en 1998 como se había convertido en tan buen tirador, el anciano francotirador respondió “Practica”, cuando se le inquirió si lamentaba haber matado a tantas personas él repuso:
“Yo solo hice lo que me dijeron que hiciera lo mejor que pude”

Simo Häyhä pasó sus últimos años en una villa llamada Ruokolahti, ubicada al sur este de Finlandia cerca de la frontera con Rusia. Häyhä falleció el 01 de abril del 2002, tenía 97 años.
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